El sueño ocupa la mayor parte de nuestra vida y pasamos 8 horas al día en la cama. Una ropa de cama cómoda puede eliminar nuestra fatiga después de un día de trabajo, permitiéndonos despertarnos llenos de energía y abrazar el sol con esperanza. La ropa de cama incómoda puede provocar dolor de espalda y rigidez en el cuello. Entonces, ¿cómo se elige la almohada y el colchón adecuados?
¿Es mejor un colchón más firme?
La dureza del colchón es la base principal para elegir un colchón.
La dureza no solo afectará la presión sobre la espalda durante el sueño, sino que también afectará el soporte de la columna. Entonces, ¿cómo elegir un colchón con la firmeza adecuada? ¿Los criterios para elegir un colchón son los que escuchamos a menudo: “Los niños duermen en camas blandas y los ancianos en camas duras”? Antes de responder a esta pregunta, primero entendamos cómo nos afectará un colchón demasiado blando o demasiado duro.
En términos de salud física: cuando el colchón es demasiado duro
Afectará la circulación sanguínea. Cuando la presión es mayor que 2 veces la presión de las arteriolas terminales del cuerpo humano, es decir, 9,33 KPa (70 mmHg), y la presión dura de 1 a 2 horas, puede bloquear la perfusión de los capilares al tejido, provocando hipoxia tisular y el tiempo de presión excede Más de 2 horas causará daños irreversibles a los músculos y tejidos blandos, como escaras. Las personas sanas evitarán lesiones dándose la vuelta y cambiando las zonas de presión por la noche. Normalmente, le damos la vuelta unas 20 veces por noche. Si el colchón es demasiado duro, necesitaremos darnos la vuelta con frecuencia, lo que afectará a nuestro sueño.
En cuanto a la forma de la columna:
Si el colchón es demasiado duro, la cintura quedará suspendida y la falta de apoyo impedirá que la columna humana esté en un estado neutral. La columna se curva, lo que ejerce una presión adicional sobre los discos y evita que los músculos alrededor de la columna se relajen. Cuando el colchón es demasiado blando, las nalgas ocupan una mayor proporción del cuerpo y pueden hundirse fácilmente en el colchón, lo que no favorece la neutralización de la columna y los músculos no pueden relajarse.
En cuanto a las sensaciones subjetivas:
Si el colchón es demasiado duro, la distribución de la presión será concentrada. Al tumbarse boca arriba, la presión se concentra principalmente en las nalgas, los omóplatos, la cabeza y otras posiciones; al tumbarse de lado, la presión se concentra principalmente en el trocánter mayor, el pecho y las costillas, los hombros y la cabeza. todo el cuerpo y la superficie de la cama son deficientes y la estabilidad es deficiente. Para mantener la posición al dormir, los músculos están tensos y propensos a la fatiga.
Si el colchón es demasiado blando el cuerpo se hundirá profundamente en el colchón, darse la vuelta o ajustar la postura consume mucha energía, por lo que reduciremos el número de vueltas, sin embargo, muy pocas vueltas provocarán que partes del cuerpo se queden en un estado de presión continua, que no favorece la circulación sanguínea y la conducción nerviosa, y los músculos no pueden relajarse. Además, si el colchón es demasiado blando, la zona de contacto entre el cuerpo y la cama aumentará, lo que no favorece la dispersión de la humedad, y nos sentiremos más pegajosos.